Una de las mayores
inquietudes de la humanidad, a lo largo de su evolución, está relacionada con las características propias
de la especie, aquello que nos diferencia: los demás seres que habitan el
planeta. Una aproximación a la respuesta está sin ida relacionada con las
actividades que, como seres humanos, ejecutamos sobre realidad. Así lo
expresaba, por ejemplo, Descartes: “Los humanos, como especie pensante,
escudriñan el mundo que los rodea, se lo apropian y lo transforman para
escudriñarlo a sus necesidades”. En la
afirmación se encuentra, precisamente, la diferencia que buscamos: el término
“pensante”, muy relacionado con otras acciones, no “escudriñar”, “apropiar” y “transformar”.
El pensamiento, la observación, la concepción, el conocimiento, pueden
encontrar un denominador común en concepción de “lenguaje”.
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